viernes, octubre 28, 2005

MASTROPIERO!


Les Luthiers

Pasando una tarde agradable, disfrutando del espectáculo grabado en DVD de los Maravillosos "Les Luthiers", ví algo que me resultó muy cómico y que aquí reproduciré:

En una escena del espectáculo "La Hora de la Nostalgia" Se encuentran dos personajes, uno, el maestro de ceremonias (representado por Daniel Rabinovich) y un invitado, un autor muy "añejo" llamado José Duval, un personaje que apenas se puede sostener en pie y ya con marcas exageradas de Demencia senil (representado por Marcos Mundstock), al cual se le realiza una entrevista, y después de tanto batallar con este personaje se dá el siguiente diálogo:

José Duval: -Tengo una primicia para usted, estoy escribiendo un libro
D. Rabinovich: - ¿Cómo se titula?
Jospe Duval: - ¿Qué cosa?
D. Rabinovich: - El libro!
José Duval: - ¿Qué libro?!
D. Rabinovich: (un poco desesperado y volteando para otro lado) - Sabemos que está escribiendo un libro
José Duval: (sorprendido) - Ah! si, discúlpeme, ya se a que se refiere, yo tengo varios libros escritos, si.. yo ya los compro escritos, si mire... para mí un libro, si no está escrito es como si le faltara algo...
D. Rabinovich: -Sabemos que está escribiendo un libro
José Duval: (un poco enojado) - y dale con el libro! (y un poco mas repuesto) - mire mejor cambiemos de tema, ¿le digo una cosa? estoy escribiendo un libro
D. Rabinovich: ¿Cómo se llama?
José Duval: - José Duval a sus órdenes (le da la mano para estrecharla)
D. Rabinovich: -No, que ¿cómo se llama el libro?
José Duval: - AH!! mire asi: (y grita ) Libroooooo!!!!!
D. Rabinovich: - No!! el título
José Duval: Ah!!! el título, (y con mucha ceremonia dice) Memorias

Si no los has escuchado o visto, es tiempo que busques información sobre este grupo fantástico, el la web hay muchos sitios que hablan sobre ellos.

martes, octubre 25, 2005

La Biblioteca Virtual de El Señor de los Anillos


La Biblioteca Virtual

Proyecto de la Biblioteca Virtual de El Señor de los Anillos:

Con motivo del 50 aniversario de la publicación de El Retorno del Rey, se presenta una nueva sección para la página web en la que los protagonistas son los libros. Los poseedores de los libros.

Existen muchas ediciones de El Señor de los Anillos: En un solo volumen, en tres volúmenes (o incluso en cuatro), ediciones de bolsillo, ediciones ilustradas... El objetivo es recoger el mayor número posible de ejemplares, para exponerlos en la web.

Lo único que se solicita es que se tome una fotografía o que sea escaneada la portada de los ejemplares y sean enviados junto con algunos datos que ayuden a catalogarlo en la Biblioteca Virtual.

La Catalogación: Los datos que solicitan Para que sea más fácil catalogar los libros, se muestra con un ejemplo
Además de una fotografía que ilustra el ejemplar se hace la siguiente petición:
"Bien, pues si abrimos el libro, en una de las primeras páginas encontraremos el título.
Justo en el reverso de esta misma página, podréis encontrar un montón de datos: desde el título original de la obra, traductores, ediciones, ISBN, etc. Bien, esta es la página que nos interesa. Apuntad sobre todo los siguientes datos principales. Con éstos, se puede catalogar ya correctamente vuestro ejemplar (os ponemos en cursiva los datos de este ejemplo, para que tengáis una referencia:

· ISBN (Es un número de identificación de un libro; posiblemente sea el dato más importante que os pedimos): 84-450-7179-3

· Traducción: Matilde Horne; Luis Domènech; Rubén Masera

· Edición y reimpresión (No confundir edición con reimpresión. Lo más importante en nuestro caso es la edición y la fecha de la misma, pero si podéis incluir la reimpresión, mejor que mejor: Primera edición, abril 1993. Decimocuarta reimpresión

· Editorial: Minotauro
· Lugar y fecha de publicación (aquí sí nos estamos refiriendo a la fecha de publicación concreta de vuestra reimpresión: Barcelona, noviembre 2002."

Estos son los datos más importantes. Por cierto, que estos datos los podéis obtener todos directamente desde la web de la Agencia Española del ISBN. Basta con poner en el buscador el ISBN que os hemos pedido antes, y os dirá hasta el tamaño de vuestro ejemplar, para que no tengáis que medirlo vosotros mismos. Los datos adicionales que os pedimos son los siguientes:
· Formato: 25x17 cm
· Núm. páginas: 1268
· Encuadernación: cartonéTenéis ya varios ejemplos en la propia Biblioteca, por si os hiciera falta consultar otros casos.

La imagen¡Y eso es todo!

Bueno, en realidad falta lo más importante: La fotografía de vuestro ejemplar. Procurad que se vea bien, y que no os importe si alguien ya ha enviado un ejemplar igual, pues cada uno es único, y nuestra idea es que en esta Biblioteca Virtual todos mostréis el vuestro. Os agradeceríamos mucho que la imagen tuviera como máximo 800 píxels de ancho, y que nos la enviárais en formato JPG, GIF o TGA, si es posible.

El envío para hacernos llegar vuestro ejemplar, enviadnos un e-mail a la dirección: bibliotecavirtual elfenomeno.com y en el e-mail incluid vuestro nick, los datos de catalogación que os hemos pedido y, por supuesto, la imagen (o imágenes, si queréis enviar más de una) adjunta con vuestro ejemplar. Si tenéis cualquier duda sobre este tema, podéis escribir a esa misma dirección de correo electrónico para consultarnos.Bien, pues eso es todo"

¿Qué les parece?

¡Hagamos una biblioteca con todos nuestros libros!

lunes, octubre 24, 2005



De la estantería a la pantalla hay sólo un paso ¿o un escalón?

Por: Mari-Carmen Marcos
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¿Qué más da el formato en el que esté la información y dónde se encuentre? Lo que importa es que llegue a quien la necesita.

A ninguno nos extraña que la profesión de bibliotecario-documentalista derive hacia gestor de información. Ni es extraño que quienes durante siglos se han ocupado de ordenar, organizar y hacer accesible la información escrita en los papeles ahora quieran continuar su trabajo con la información escrita sobre bits. A estas alturas ya no es nada nuevo.

Nos parece normal –y lo es– que el bibliotecario se haya preocupado de buscar la manera de ordenar los libros en la biblioteca según los criterios más lógicos posibles, de crear clasificaciones que faciliten esta organización, y que este conocimiento se haya traspasado a las base de datos. Entonces ¿por qué nos vamos a extrañar de que su preocupación continúe en un momento en que la web es el medio de comunicación más utilizado? Esto que digo tampoco es nada extraordinario. Qué va. Es la evolución natural. El profesional se adapta al medio. Ni siquiera es algo loable de lo que sentirse orgullosos, no se esperaba menos de nosotros.

Si aplicamos una vista panorámica, los profesionales de la documentación (entiéndase bibliotecarios, documentalistas, archiveros, y otras denominaciones que con el tiempo han ido apareciendo) tienen como objetivo organizar la información de manera que pueda servir a las necesidades de los usuarios. Es evidente. \n \nSi aplicamos la misma vista de pájaro a la Interacción Persona-Ordenador (Human-Computer Interaction), encontramos que su objetivo es mejorar los sistemas que emplean tecnologías para que sean más útiles y fáciles de utilizar por los usuarios.\n\n \nVaya, parece que ambas disciplinas tienen mucho en común. Entonces ¿cómo compartir el conocimiento y hacer sistemas tecnológicos que sirvan a las necesidades de los usuarios de la mejor manera posible? Unamos ambas disciplinas y no inventemos la rueda desde ninguno de los dos lados.\n\n \nLas profesiones surgen cuando se las necesita, las ciencias también. ¿Por qué digo esto? Los bibliotecarios surgen de la necesidad de almacenar documentos de una forma ordenada que permita encontrarlos después. Los diseñadores de interacción (en sentido amplio) surgen de la necesidad de facilitar a los usuarios la utilización de los objetos para su propio beneficio. Cuando se diseñó el formato libro (páginas cosidas y encuadernadas) se hizo pensando en facilitar la lectura. Cuando se les incluyeron índices, la idea era hacer más fácil la localización de los contenidos. Igualmente, cuando se diseña una taza y se le pone asa, se hace así para facilitar su utilización. Cuando se diseña la interfaz de un teléfono móvil, de una web, de una base de datos ¿acaso no se debe pensar en lo mismo?\n\n \nEsto nos hace pensar que las Ciencias
de la Documentación tienen un gran motivo para tomar de la Interacción Persona-Ordenador las pautas que ésta indica, pues se trata simplemente de facilitar a los usuarios que satisfagan su necesidad de información de la mejor forma posible.\n",1]
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Si aplicamos la misma vista de pájaro a la Interacción Persona-Ordenador (Human-Computer Interaction), encontramos que su objetivo es mejorar los sistemas que emplean tecnologías para que sean más útiles y fáciles de utilizar por los usuarios.

Vaya, parece que ambas disciplinas tienen mucho en común. Entonces ¿cómo compartir el conocimiento y hacer sistemas tecnológicos que sirvan a las necesidades de los usuarios de la mejor manera posible? Unamos ambas disciplinas y no inventemos la rueda desde ninguno de los dos lados.

Las profesiones surgen cuando se las necesita, las ciencias también. ¿Por qué digo esto? Los bibliotecarios surgen de la necesidad de almacenar documentos de una forma ordenada que permita encontrarlos después. Los diseñadores de interacción (en sentido amplio) surgen de la necesidad de facilitar a los usuarios la utilización de los objetos para su propio beneficio. Cuando se diseñó el formato libro (páginas cosidas y encuadernadas) se hizo pensando en facilitar la lectura. Cuando se les incluyeron índices, la idea era hacer más fácil la localización de los contenidos. Igualmente, cuando se diseña una taza y se le pone asa, se hace así para facilitar su utilización. Cuando se diseña la interfaz de un teléfono móvil, de una web, de una base de datos ¿acaso no se debe pensar en lo mismo?

Esto nos hace pensar que las Ciencias de la Documentación tienen un gran motivo para tomar de la Interacción Persona-Ordenador las pautas que ésta indica, pues se trata simplemente de facilitar a los usuarios que satisfagan su necesidad de información de la mejor forma posible. \n \nAl mismo tiempo, la Interacción Persona-Ordenador debe tomar de los profesionales de la información el conocimiento sobre cómo estructurar información, cómo ordenarla, organizarla, clasificarla, en definitiva, cómo hacerla más accesible.\n\n \nEl caso más evidente de sinergia entre ambas disciplinas es el de la arquitectura de la información, una parte de la IPO que se ocupa de establecer la estructura de un sistema de información, por ejemplo un sitio web. Como saben, los conocidos autores del libro de arquitectura de la información conocido como el "libro del oso" (Rosenfeld y Morville) proceden del ámbito de la Documentación. Y no son un caso excepcional, son muchas
las personas que trabajan en este tema. Tanto la arquitectura de la información como la usabilidad siguen criterios basados en el sentido común (una vez estudiado) y ponen de relieve aspectos imprescindibles para que los sitios web consigan sus objetivos.


Las mediciones de estos aspectos pueden llevarse a cabo de distintas maneras: en ocasiones se pueden automatizar, otras veces es necesario hacer un análisis manual, bien por un grupo de expertos, bien directamente poniendo a prueba el sistema con usuarios finales.\n\n \nUn ejemplo muy claro de la necesidad de aplicar los criterios de la IPO en los sistemas documentales son las bases de datos para recuperación de información: catálogos de bibliotecas, bases de datos bibliográficas, revistas digitales y buscadores web. Aplicar las pautas de la IPO y de la usabilidad hace de estos sistemas herramientas más intuitivas, más fáciles, más eficientes y más satisfactorias. ¿Qué más podemos pedir?

Al mismo tiempo, la Interacción Persona-Ordenador debe tomar de los profesionales de la información el conocimiento sobre cómo estructurar información, cómo ordenarla, organizarla, clasificarla, en definitiva, cómo hacerla más accesible.

El caso más evidente de sinergia entre ambas disciplinas es el de la arquitectura de la información, una parte de la IPO que se ocupa de establecer la estructura de un sistema de información, por ejemplo un sitio web. Como saben, los conocidos autores del libro de arquitectura de la información conocido como el "libro del oso" (Rosenfeld y Morville) proceden del ámbito de la Documentación. Y no son un caso excepcional, son muchas las personas que trabajan en este tema.

Tanto la arquitectura de la información como la usabilidad siguen criterios basados en el sentido común (una vez estudiado) y ponen de relieve aspectos imprescindibles para que los sitios web consigan sus objetivos. Las mediciones de estos aspectos pueden llevarse a cabo de distintas maneras: en ocasiones se pueden automatizar, otras veces es necesario hacer un análisis manual, bien por un grupo de expertos, bien directamente poniendo a prueba el sistema con usuarios finales.

Un ejemplo muy claro de la necesidad de aplicar los criterios de la IPO en los sistemas documentales son las bases de datos para recuperación de información: catálogos de bibliotecas, bases de datos bibliográficas, revistas digitales y buscadores web. Aplicar las pautas de la IPO y de la usabilidad hace de estos sistemas herramientas más intuitivas, más fáciles, más eficientes y más satisfactorias. ¿Qué más podemos pedir?

Antes de poner punto final y pasaros la palabra, quiero - Instar a los profesionales de la Documentación a que no subestimen la importancia de la forma sobre el contenido: un buen contenido puede resultar inútil si no se provee una buena forma de acceder a él.- Animar a los apasionados de la usabilidad y el diseño de la interacción a que tomen como punto de partida el estudio y la experiencia de los profesionales que se han dedicado durante años (siglos) a organizar la información para ofrecerla de la mejor forma que han encontrado posible de acuerdo a las tecnologías del momento.

- Recordar a ambos que pueden aprender mucho los unos de los otros. Si colaboran, el éxito está asegurado.

En lugar de poner un aviso de "Cuidado con el escalón", quitemos el escalón… y el aviso ;-)

Antes de poner punto final y pasaros la palabra, quiero:

- Instar a los profesionales de la Documentación a que no subestimen la importancia de la forma sobre el contenido: un buen contenido puede resultar inútil si no se provee una buena forma de acceder a él.
- Animar a los apasionados de la usabilidad y el diseño de la interacción a que tomen como punto de partida el estudio y la experiencia de los profesionales que se han dedicado durante años (siglos) a organizar la información para ofrecerla de la mejor forma que han encontrado posible de acuerdo a las tecnologías del momento.
- Recordar a ambos que pueden aprender mucho los unos de los otros. Si colaboran, el éxito está asegurado.

miércoles, octubre 19, 2005

Libroterapia


Para tratar la depresión, recetan lectura

Por Jeanne Whalen
The Wall Street Journal

Cuando algunos doctores británicos ven a un paciente con ansiedad o una depresión leve a moderada, le prescriben un libro de autoayuda. Bajo un nuevo programa en más de una docena de condados en el Reino Unido, los pacientes toman esa prescripción a su biblioteca local y ahí sacan títulos reservados tales como "Superando la depresión" y "El manual para sentirse bien".
Los médicos afirman que comenzaron a prescribir libros porque estaban preocupados de que demasiadas personas con depresión estaban siendo medicadas apresuradamente con drogas antidepresivas como Prozac (fluoxetina), o no estaban siendo tratadas. También lo vieron como una estrategia de ahorro. El sistema estatal de salud, que es el principal en el Reino Unido, no puede costear sesiones de terapia individual para todos. Las listas de espera pueden llegar a ser de hasta 18 meses, dejando la medicación o ningún tratamiento como las únicas opciones. Los programas, llamados "biblioterapia" o "autoayuda guiada", fueron aprobados en diciembre por el Instituto Nacional de Excelencia Clínica (National Institute for Clinical Excellence), una agencia de salud británica. Esa dependencia advirtió sobre el "uso excesivo" de antidepresivos en pacientes con depresión leve y recomendó a los médicos tratar con la autoayuda guiada u otros tipos de terapia antes de recetar fármacos a sus pacientes. Pero la biblioterapia también genera ciertas preocupaciones.
Algunos pacientes no sacan o no leen los libros y sus casos se pierden al no tener seguimiento. Y algunas veces, se recomendó el programa de autoayuda a personas con depresión severa, cuando necesitaban un tratamiento más intensivo, dijeron los asesores. En muchos países ha surgido una gran preocupación respecto al uso excesivo de antidepresivos, y sobre la manera de tratar el creciente peso de la depresión en general. Por eso, el experimento británico se ha convertido en un caso de estudio que otros pueden observar.
"Hasta hace poco, la única opción disponible para un médico era recetar un medicamento. Ahora el médico puede tener dos libretas de prescripción", dice Neil Frude, un psicólogo de la Universidad de Cardiff que empezó la tendencia de los libros de autoayuda al establecer hace tres años un programa en Gales. La biblioterapia, agrega, también libera más tiempo para que los terapistas puedan tratar a pacientes con casos de depresión más severos o pacientes con enfermedades mentales. En Gran Bretaña, el Servicio de Salud Nacional cubre gratuitamente las medicinas y visitas médicas de todos los pacientes. Hasta ahora, la biblioterapia ha sido usada para tratar a miles de pacientes y, según estimaciones de Frude, en unos cuantos años más podría cubrir a un cuarto de millón de pacientes en todo el país.
La mayoría de los casos de depresión y ansiedad son diagnosticados en la oficina del médico general. La visita promedio tiene una duración de apenas siete minutos. En cerca de 100 consultorios de salud en Devon, un condado en el sudoeste de Inglaterra, los doctores envían a los pacientes con depresión moderada o leve a un trabajador de salud mental que intenta determinar el problema principal. Después, éste prescribe un libro de autoayuda y se reúne cuatro veces más con el paciente para discutir el libro y sus ejercicios, y asegurarse de que el tratamiento esté funcionando. Sami Al-Haboubi, un empleado de la salud mental de 23 años que trabaja en Devon, deja que sus pacientes hablen acerca de lo que les está molestando. Después, les hace 14 preguntas que le ayuda a establecer el nivel de depresión o ansiedad de la persona.
Una mujer dice que fue a ver a Al-Haboubi recientemente debido a que sufría ataques de pánico generados por un estresante entorno laboral. Sufría de hiperventilación y sentía que no podía lidiar con nada. La mujer había batallado contra la depresión, incluyendo pensamientos suicidas en su adolescencia, y había tomado Prozac. Pero ahora no quería volver a medicarse por los ataques de pánico. "El doctor me dijo que podía ir a terapia, pero tendría que esperar, o que Sami podría ayudarme rápidamente", dijo en una entrevista telefónica en la que solicitó mantenerse en el anonimato. Al-Haboubi le prescribió "Superando la ansiedad" de Helen Kennerley. Algunas sugerencias del libro para lidiar con el pánico, incluyendo la respiración y ejercicios de relajación muscular, le ayudaron a calmar algunos de los síntomas, dice ella.
El libro les da a las personas un espacio para que escriban los momentos en los que experimentan pensamientos negativos y cómo mantener esos pensamientos bajo control. La mujer visitó cuatro veces a Al-Haboubi y dice que le pareció crucial en su terapia. Con el tiempo, sus ataques de pánico se hicieron más leves y ella dice que está considerando hacer una terapia de largo plazo para entender mejor las causas subyacentes. Al-Haboubi no es un terapista plenamente entrenado. Los trabajadores de salud mental de Devon tienen licenciaturas de pregrado en psicología o campos relacionados. Después toman un curso de un año que los califica para administrar la biblioterapia. Al-Haboubi mantiene una torre de libros de autoayuda y su computadora portátil en el baúl de su vehículo, y se desplaza entre los consultorios de tres doctores para ver a los pacientes. Durante la primera sesión Al-Haboubi explica a los pacientes que "lo que van a obtener no es la típica terapia en la que piensa mucha gente, no es sólo sentarnos a hablar. Usamos libros de autoayuda". Además, enfatiza que parte de la responsabilidad recae en el paciente a medida que avanza con el libro y sus ejercicios, teniendo a Al-Haboubi como guía.
Paul Farrand, psicólogo de la Universidad de Plymouth y jefe del programa en Devon, dice que la biblioterapia ha llevado a "mejoras significativas" para los pacientes. Reconoce que algunas veces pacientes con necesidad de un tratamiento más serio han sido enviados erróneamente al proyecto de auto ayuda, pero en esos casos el trabajador de salud mental envía al paciente de regreso al médico. Al-Haboubi dice que ha tenido que suspender algunas de sus sesiones y llamar al médico ante el temor de que uno de sus pacientes se inflingiera daño o intentara suicidarse.
Un paciente dijo que ponía tanta presión sobre sí mismo para hacer su trabajo a la perfección, que se estresaba con los más pequeños errores y terminaba renunciando a sus empleos. Ese ciclo dejó al hombre deprimido y sin trabajo. Su doctor le prescribió antidepresivos, los cuales, según dijo, le hicieron sentirse mejor en el transcurso de unas pocas semanas. Su médico también lo envió con Al-Haboubi, que se dio cuenta que el hombre tenía un problema de autoestima y le prescribió "Superando la baja autoestima" de Melanie Fennell. El paciente ha encontrado un trabajo menos estresante y se siente mejor.

jueves, octubre 13, 2005

El libro: puerta de luz


Andrés Henestrosa


La Biblioteca Andrés Henestrosa, ahora bajo la … custodia de Alfredo Harp, la formé a lo largo de ochenta y un años, adquiriendo hoy un ejemplar y mañana otro, generalmente en librerías de lance, o de segunda mano, o en puestos callejeros de libros viejos. Cuando comencé a formarla allá por el año 24 del siglo pasado, podía adquirirse con diez pesos lo que ahora no se podría con mil. Todos los domingos, a eso de las diez de la mañana, me iba a la antigua Lagunilla, que entonces se extendía desde la calle de Honduras a la de Argentina. Joyas, verdaderas joyas literarias, se adquirían por unos cuantos pesos cuando no centavos. Al volver a mi habitación, yo me encargaba de limpiarlos con amorosa paciencia.

Muchos estaban dedicados; algunos subrayados, y los conservaba hasta que conseguía otro que no lo estuviera: un libro subrayado ha de considerarse como un desecho, como un prenda que por el sólo hecho de estar herida de rayas es obra muerta. Algunos, al revenderlos me aliviaban de las penurias de aquellos días. De esa manera se me fueron de las manos preciosidades bibliográficas.

Cuando en 1936 salí para Estados Unidos becado por la John Simon Guggenheim Memorial Foundation, los dejé encargados a tres personas: dos mujeres y un hombre. No diré el nombre de las señoras, pero sí, el del hombre. Era un poeta llamado Francisco González Guerrero. Cuando a los dos años volví a México, aquellos libros que habían quedado bajo custodia femenina ya habían cambiado de dueño, al igual que las guardianas.

El poeta González Guerrero, nombrado primer secretario de nuestra embajada en Colombia, al irse de México los dejó en el sótano de su casa; no obstante lo bien protegidos que se empeñó en dejarlos, aquel año, el 36, fue de grandes lluvias que inundaron el sótano en que se guardaron, y sólo se salvaron las cajas que estaban en lo más alto. Aquel resto fue la base de la biblioteca que logré formar de cerca de cincuenta mil volúmenes. En más de una ocasión perdí pequeñas bibliotecas al irme casi a escondidas de las casas en que yo viviera, con lo que queda dicho que no se perdieron y que la patrona, la hospedera, los vendía para obtener la renta que yo dejaba de pagar al irme. Cuando al casarme en 1940 ya tuve casa fija, se consolidó la biblioteca de la que ahora, a casi un año, me desprendí y que se encuentra hoy en la ciudad de Oaxaca.

Yo he dicho en alguna ocasión que el libro es una entidad de tal manera superior que, valiéndome de un juicio de Miguel de Unamuno: su sola presencia física instruye, desasniza. Primero la biblioteca que así formé era un lujo, un adorno, como estrellas de cielo en negra noche: un mero, repito, adorno, meras flores que alegraban las pequeñas y pobres habitaciones en que por años viví. Después, cuando en 1938 tomé el periodismo como trabajo, como medio para ganarme el pan, fue la biblioteca que por aquellos tiempos ya había formado fuente no sólo de inspiración, sino también arsenal de mi trabajo periodístico. Yo he leído muchos libros, centenares de libros, aun no sabiendo interpretar su contenido, lo que lejos de menguar mis lecturas auxiliaba a reducir mi ignorancia.

Tiene el buen libro la virtud de llevar al lector a poner de su parte aquel lugar que no entendió del todo, con lo que se conviertetambién, en un poco el autor de la obra que estuviera leyendo. No en vano he dicho alguna vez que la letra a tiene la vaga forma de un grano de maíz. Yo soy los libros que he leído, he dicho. Y es la mera verdad: la letra nos hace, es como un molde que nos da forma.

El libro a más de agrandar el mundo lo alegra, le resta la superficialidad. Ahora, cuando por los tres años que faltan no tengo cien años, sigo siendo el lector que solía: leo dos horas en la mañana y dos por la noche antes de apagar la luz y dormir. Ahora repito de memoria, y casi seguro de no equivocar el texto, una sencilla lección que memoricé cuando tenía cuatro años y medio. Dice en su arranque:

Es puerta de la luz un libro abierto,
entra por ella niño y de seguro
que para ti serán en lo futuro
dios más visible,
su poder más cierto.
El ignorante vive en el desierto,
donde es el agua poca, el aire impuro.
Un grano le detiene el pie inseguro,
camina tropezando, vive muerto.
En esa de tu edad abril florido
recibe el corazón las impresiones
como la cera al toque de las manos.
Estudia y no serás cuando crecido
ni el juguete vulgar de las pasiones,
ni el esclavo servil de los tiranos.

Hay en los versos transcritos una grande y muy lúcida verdad.
Ahora, cuando hombre casi centenario abro un libro, vuelvo a ser el niño de cuatro años y medio que memorizó los versos transcritos, y vuelve a iluminarme aquella primera lección.Son mis libros preferidos aquellos que más trabajo —que luego fueron alegrías—, me dieron interpretarlos. Ayer, nomás, acabé de leer, digamos que por décima vez, La divina comedia, cuya primera lectura fue en 1923, en un ejemplar de los clásicos vasconcelianos. Tiene la relectura un encanto: lo devuelve a uno a los años juveniles en que se leyeron por primera vez. Rejuvenece quien relee.Pero hasta aquí. Y quede para otro día, contar cómo devine el insaciable y voraz lector que sigo siendo.

jueves, octubre 06, 2005

Hija mía, no te hagas bibliotecaria


Lean esto con atención:

Carta de una bibliotecaria a su hija en edad de elegir profesión.
"Mi adora hija,ahora que debes enfrentarte a una decisión que puede marcar tu vida para siempre, te escribo esperando que mis palabras te guíen y ayuden a elegir mejor.
Tu puedes ver con afecto nuestra biblioteca y encontrar interesante mi trabajo entre ellas, puedes pensar que porque desde pequeña te lleve a bibliotecas en las que te sentiste a gusto y porque mi ayuda te permitió encontrar más fácilmente las tareas absurdas e interesantes que tuviste en el colegio, que ser bibliotecaria puede ser también una opción para ti.
Pero no sabes hija mía la verdad, que voy a contarte ahora, sobre mi profesión:
No es cierto que vivir entre libros es maravilloso, siendo bibliotecaria pocas veces tienes tiempo de leerlos a gusto y se terminan convirtiendo en objetos de laboratorio que sólo significan más trabajo. Además pocos bibliotecarios trabajan hoy entre libros y menos aún los leen, la verdad, hija mía, es que los bibliotecarios terminan hartos de los libros como el chef termina hastiado de los maravillosos platillos que prepara.
Siendo mujer y bibliotecaria tendrás sobre tí una imagen permanente que te perseguirá. Si eres muy bella, tus colegas te harán la vida imposible; si renuncias a verte bien los hombres huirán de tí, diciendo: claro, es bibliotecaria. Si eres muy callada y no haces amigas íntimas en el trabajo, tus colegas hablaran mal de ti y en poco tiempo estarás buscando trabajo; si eres amable y festiva y te conviertes en el centro de atracción, los celos de todas te perseguirán y también tendrás que buscar trabajo de nuevo.
Laboralmente tus contratos serán siempre temporales y si logras vincularte y obtener un cargo directivo, tendrás que lidiar con la incomprensión de colegas que no soportaran verte como jefe y te harán la vida imposible. Por que crees, hija mía, que hay tantos directores de bibliotecas que no son ¿bibliotecarios? No es porque no podamos dirigirlas, es porque no soportamos ser dirigidos por otro bibliotecario.
Si inviertes tu tiempo y dinero en estudios de postgrado, te quedaras por fuera del sistema laboral por estar "sobre capacitada"; y sino sigues estudiando te despedirán por lo contrario. En cualquier momento podrás ser reemplazada por un becario que cobra menos, o por un ingeniero que sabe más, o por un sociólogo que es más serio, o por cualquier otro que crea que puede hacer tu trabajo mejor que tú. ¿Porque qué misterio puede tener la bibliotecología?
Y lo peor hija mía, siempre tendrás que estar explicando a todo el mundo que es la bibliotecología y que hace un bibliotecario, siempre habrá voces bajas cuando digas tu titulación y miradas de pesar y comprensión. Todos pensaran que estudiaste eso porque no eras lo suficientemente buena para hacer otra cosa, o porque eres muy perezosa para estudiar una carrera universitaria de verdad, hay algunos que dicen, ese trabajo no requiere de mucha atención o es de muy poca responsabilidad. Y tus amigos llamaran a tu casa para que les busques rarezas de crucigrama, o tareas para sus hijos y no dejaran de preguntarte, para qué bibliotecarios si ya hay ¿Internet?
Por eso te pido, hija mía, no te hagas bibliotecaria. Pero si aún así crees que las bibliotecas y la lectura son indispensables en el mundo, y que los bibliotecarios pueden hacer algo para hacer posibles los sueños humanistas en los que ya nadie cree y te atreves a ser bibliotecaria, con orgullo te llamaré colega.
Tu madre que te quiere

Yahoo también quiere su biblioteca



Yahoo creará su propio archivo digital de libros, audio y video, en competencia con un proyecto similar de Google, otro de los grandes buscadores de Internet.

Como parte del proyecto Open Content Alliance (Alianza de Contenido Abierto), el motor de búsqueda ayudará a digitalizar 18 mil obras de literatura estadounidense, así como material de archivos y bibliotecas europeas. Con la esperanza de evadir las acciones legales que han perseguido el proyecto de Google, Yahoo está adoptando la política de pedir permiso previo con los trabajos que tienen derechos de autor.

El Sindicato de Autores de EE.UU. demandó a Google por su plan de digitalizar libros sin su permiso. La política de Google es digitalizar todas las obras de varias bibliotecas universitarias, a menos que lo dueños de los derechos presenten objeciones.

Sala de lectura
Además de Yahoo, el proyecto Open Content Alliance incluye a la organización sin ánimo de lucro Internet Archive, Adobe, Hewlett-Packard, así como bibliotecas de las Universidades de Toronto y California. La información que será digitalizada incluirá libros, discursos, música y videos, todo en inglés.

La Alianza indicó que se empezará con obras que se encuentren en el dominio público, así como libros en los que los dueños de sus derechos permitan que estén disponibles en Internet.
"Sólo estamos incluyendo material con derechos de autor con el permiso expreso de sus dueños", dijo David Mandelbrot, vicepresidente de Yahoo.

El núcleo del proyecto lo constituirán miles de obras clásicas de la literatura estadounidense, entre ellas trabajos de Mark Twain, Henry James y Edgar Allan Poe. Las primeras obras estarán disponibles para los cibernautas a fines de este año. El proyecto estará completo para el 2006.

lunes, octubre 03, 2005

¡Salvemos al Archivo General de la Nación!



Por: Héctor Delgado[1]

El Archivo General de la Nación (AGN) es la memora exacta del pueblo de México. Su identidad, ombligo y placenta documentados, no esotéricos. Lo más grandioso (y execrable) que hemos producido, quizás desde el momento mismo del mestizaje con toda su bajeza, magnificencias, noblezas y perversidades: la corrupción absoluta de los poderes temporal y eclesiástico. El AGN es la huella dactilar colectiva donde nos localizaremos por los siglos. Tesoro incalculable para las nuevas generaciones.

Hoy, ubicado hace 23 años en el Palacio Negro de Lecumberri (“ahí está tu pobre casa”, decían los chilangos al pasar frente a su portón insufrible), Calle Eduardo Molina, a escasos metros de la Cámara de Diputados.

Siglos y fantasmas circulan por sus patios de antiguas crujías, desde el polígono de vigilancia, fue construido como cárcel modelo del porfiriato –en el patio trasero, el traidor Victoriano Huerta asesinó al presidente Madreo- ; el edificio y sus instalaciones readaptadas albergan millones de documentos –se pueden medir-; son 51 kilómetros y 590 metros lineales. Además cientos de cajas amontonadas que se pueden pudrir literalmente, todavía sin abrir por falta de personal especializado y espacios.

El martes 16 de agosto compareció el director general del AGN, Jorge Ruiz Dueñas (por cierto muy neurótico, tuvo un exabrupto hacia un asistente), ante la Primera Comisión de Gobernación y Justicia de la Comisión Permanente (en la sala Miguel Ramos Arizpe del Senado de la República), con la asistencia de Nahum Pérez Paz, director del a Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía de la SEP, personal técnico, varios senadores y diputados federales.

El AGN tiene en la antigua penitenciaría 23 años de uso. Fue instaurado el 22 de agosto de 1823, cuando se decretó su institucionalidad a escasos 2 años de la consumación de la Independencia, por su principal impulsor Lucas Alamán, hombre culto e ideólogo del Partido Conservador.

Actualmente posee 7 millones de imágenes particularizadas; 63 mil videos y kilómetros de documentos referidos. Todo lo que hemos sido y somos está ahí, literalmente nuestro árbol genealógico como nación. Mucho de su acervo no se ha analizado por insuficiencias presupuestarias, pero cuando se haga habrá hallazgos formidables.

El edificio ya no sirve para custodiar, proteger y preservar ese tesoro nacional. Ha habido recorte de personal, cada empleado que fallece o se jubila deja una plaza que se “congela”, es decir, desaparece literalmente. Por lo que actualmente el AGN es el único en el mundo que se “atiende” con escasos 190 trabajadores.

El AGN está debajo del nivel del antiquísimo Canal del Desagüe, que corre a escasos metros. El edificio ya no sirve. Hundimientos cotidianos, muros y pisos agrietados. Contaminación por humedad, hongos y químicos amenaza destruirlo todo. Se cometieron varios errores en su remodelación. No hay control climático. De todas las cantidades señaladas, sólo se ha digitalizado o microfilmado el 4 %. Es increíble. Comparativamente con otros países del mundo que protegen –exactamente como un tesoro- su memoria nacional, el AGN de México es una vergüenza que deprime e indigna.

Debe haber una sensibilización de varias secretarías de Estado, desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Educación Pública, La Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (y por supuesto la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía)[2] principalmente para salvar al AGN. Es criminal lo que se hace contra esa institución. Mientras no exista voluntad y sensibilidad sociopolítica, económica y cultural para construir una nueva sede con toda la tecnología de punta –por lo menos para los próximos 50 ó 100 años-, muchos son los responsables actuales incluida la Presidencia de la República. Vicente Fox debería ser el adalid de dicha salvación, colocando los cimientos y otorgando el presupuesto inicial necesario para ese nuevo AGN. Si no, la Historia los juzgará, incluido Jorge Ruiz Dueñas, quien no se ha echado a cuestas esa misión esencial: UNA NUEVA SEDE PARA EL AGN, es prioritario y estratégico.

No es posible que en el siglo XXI el salitre, las ratas, insectos, vidrios rotos, burocratismo, incuria y negligencias derroten y destruyan siglos de memoria social. El AGN es el reservorio de la patria, A mi juicio, no se justifica ese elefante blanco (sólo como… corrupción por comisiones para los contratistas), llamado Biblioteca Nacional José Vasconcelos –QUE NO HACE FALTA, NO ES NECESARIA-, [3] y ese dinero y espacios no se dedica a lo esencial: nuevo AGN.

El nuevo AGN debe ser construido pensando en 125 kilómetros de documentos, hoy tenemos 52. Francia construyó el suyo en el año 2002 para 50 kilómetros, y, solo alberga a 20. El Congreso debe proteger al AGN, dándole la calidad de organismo público autónomo. Dotarlo de presupuesto. No utilizarlo como mecanismo de campaña político/electoral. Esto es apenas un grito de atención para salvar la memoria de la patria. ¡¡¡ ¿Qué esperamos, un incendio?!!!


[1] En: Zona uno (p.3). -- Uno mas uno (21-ago-2005)
[2] Nota de Batichica
[3] Nota de Batichica: TODAS LAS BIBLIOTECAS HACEN FALTA, LO QUE SOBRA ES EL MAL MANEJO, TANTO POLÍTICO O ECONÓMICO QUE SE HACE DE LOS PROYECTOS PARA BENEFICIO DE ALGUNOS.