miércoles, octubre 19, 2005

Libroterapia


Para tratar la depresión, recetan lectura

Por Jeanne Whalen
The Wall Street Journal

Cuando algunos doctores británicos ven a un paciente con ansiedad o una depresión leve a moderada, le prescriben un libro de autoayuda. Bajo un nuevo programa en más de una docena de condados en el Reino Unido, los pacientes toman esa prescripción a su biblioteca local y ahí sacan títulos reservados tales como "Superando la depresión" y "El manual para sentirse bien".
Los médicos afirman que comenzaron a prescribir libros porque estaban preocupados de que demasiadas personas con depresión estaban siendo medicadas apresuradamente con drogas antidepresivas como Prozac (fluoxetina), o no estaban siendo tratadas. También lo vieron como una estrategia de ahorro. El sistema estatal de salud, que es el principal en el Reino Unido, no puede costear sesiones de terapia individual para todos. Las listas de espera pueden llegar a ser de hasta 18 meses, dejando la medicación o ningún tratamiento como las únicas opciones. Los programas, llamados "biblioterapia" o "autoayuda guiada", fueron aprobados en diciembre por el Instituto Nacional de Excelencia Clínica (National Institute for Clinical Excellence), una agencia de salud británica. Esa dependencia advirtió sobre el "uso excesivo" de antidepresivos en pacientes con depresión leve y recomendó a los médicos tratar con la autoayuda guiada u otros tipos de terapia antes de recetar fármacos a sus pacientes. Pero la biblioterapia también genera ciertas preocupaciones.
Algunos pacientes no sacan o no leen los libros y sus casos se pierden al no tener seguimiento. Y algunas veces, se recomendó el programa de autoayuda a personas con depresión severa, cuando necesitaban un tratamiento más intensivo, dijeron los asesores. En muchos países ha surgido una gran preocupación respecto al uso excesivo de antidepresivos, y sobre la manera de tratar el creciente peso de la depresión en general. Por eso, el experimento británico se ha convertido en un caso de estudio que otros pueden observar.
"Hasta hace poco, la única opción disponible para un médico era recetar un medicamento. Ahora el médico puede tener dos libretas de prescripción", dice Neil Frude, un psicólogo de la Universidad de Cardiff que empezó la tendencia de los libros de autoayuda al establecer hace tres años un programa en Gales. La biblioterapia, agrega, también libera más tiempo para que los terapistas puedan tratar a pacientes con casos de depresión más severos o pacientes con enfermedades mentales. En Gran Bretaña, el Servicio de Salud Nacional cubre gratuitamente las medicinas y visitas médicas de todos los pacientes. Hasta ahora, la biblioterapia ha sido usada para tratar a miles de pacientes y, según estimaciones de Frude, en unos cuantos años más podría cubrir a un cuarto de millón de pacientes en todo el país.
La mayoría de los casos de depresión y ansiedad son diagnosticados en la oficina del médico general. La visita promedio tiene una duración de apenas siete minutos. En cerca de 100 consultorios de salud en Devon, un condado en el sudoeste de Inglaterra, los doctores envían a los pacientes con depresión moderada o leve a un trabajador de salud mental que intenta determinar el problema principal. Después, éste prescribe un libro de autoayuda y se reúne cuatro veces más con el paciente para discutir el libro y sus ejercicios, y asegurarse de que el tratamiento esté funcionando. Sami Al-Haboubi, un empleado de la salud mental de 23 años que trabaja en Devon, deja que sus pacientes hablen acerca de lo que les está molestando. Después, les hace 14 preguntas que le ayuda a establecer el nivel de depresión o ansiedad de la persona.
Una mujer dice que fue a ver a Al-Haboubi recientemente debido a que sufría ataques de pánico generados por un estresante entorno laboral. Sufría de hiperventilación y sentía que no podía lidiar con nada. La mujer había batallado contra la depresión, incluyendo pensamientos suicidas en su adolescencia, y había tomado Prozac. Pero ahora no quería volver a medicarse por los ataques de pánico. "El doctor me dijo que podía ir a terapia, pero tendría que esperar, o que Sami podría ayudarme rápidamente", dijo en una entrevista telefónica en la que solicitó mantenerse en el anonimato. Al-Haboubi le prescribió "Superando la ansiedad" de Helen Kennerley. Algunas sugerencias del libro para lidiar con el pánico, incluyendo la respiración y ejercicios de relajación muscular, le ayudaron a calmar algunos de los síntomas, dice ella.
El libro les da a las personas un espacio para que escriban los momentos en los que experimentan pensamientos negativos y cómo mantener esos pensamientos bajo control. La mujer visitó cuatro veces a Al-Haboubi y dice que le pareció crucial en su terapia. Con el tiempo, sus ataques de pánico se hicieron más leves y ella dice que está considerando hacer una terapia de largo plazo para entender mejor las causas subyacentes. Al-Haboubi no es un terapista plenamente entrenado. Los trabajadores de salud mental de Devon tienen licenciaturas de pregrado en psicología o campos relacionados. Después toman un curso de un año que los califica para administrar la biblioterapia. Al-Haboubi mantiene una torre de libros de autoayuda y su computadora portátil en el baúl de su vehículo, y se desplaza entre los consultorios de tres doctores para ver a los pacientes. Durante la primera sesión Al-Haboubi explica a los pacientes que "lo que van a obtener no es la típica terapia en la que piensa mucha gente, no es sólo sentarnos a hablar. Usamos libros de autoayuda". Además, enfatiza que parte de la responsabilidad recae en el paciente a medida que avanza con el libro y sus ejercicios, teniendo a Al-Haboubi como guía.
Paul Farrand, psicólogo de la Universidad de Plymouth y jefe del programa en Devon, dice que la biblioterapia ha llevado a "mejoras significativas" para los pacientes. Reconoce que algunas veces pacientes con necesidad de un tratamiento más serio han sido enviados erróneamente al proyecto de auto ayuda, pero en esos casos el trabajador de salud mental envía al paciente de regreso al médico. Al-Haboubi dice que ha tenido que suspender algunas de sus sesiones y llamar al médico ante el temor de que uno de sus pacientes se inflingiera daño o intentara suicidarse.
Un paciente dijo que ponía tanta presión sobre sí mismo para hacer su trabajo a la perfección, que se estresaba con los más pequeños errores y terminaba renunciando a sus empleos. Ese ciclo dejó al hombre deprimido y sin trabajo. Su doctor le prescribió antidepresivos, los cuales, según dijo, le hicieron sentirse mejor en el transcurso de unas pocas semanas. Su médico también lo envió con Al-Haboubi, que se dio cuenta que el hombre tenía un problema de autoestima y le prescribió "Superando la baja autoestima" de Melanie Fennell. El paciente ha encontrado un trabajo menos estresante y se siente mejor.