martes, junio 07, 2005

La Nota Profunda [1]

Por Ronaldo Menéndez

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Es una frase tan sólida como humorística , afirma José Saramago: “jamás una lágrima emborronará un correo electrónico”. Hoy en día la realidad virtual es un fantasma que recorre el mundo, por eso prefiro pensar que todo libro es un cuerpo que existe para ser tocado. Tiene un lomo y un rostro, una carne minuciosa que se abre a través de sus páginas , y una intimidad que son las palabras que nos regala a cada uno de nosotros.

Un libro viene al mundo no cuando lo acaban de escribir, sino cuando empezamos a leerlo. Y dentro de la discreta intimidad de su cuerpo , los libros también tienen un alma. Una novela se nos vuelve inolvidable cuando, después de mucho acariciarla, nos deja ver el más valiso de sus secretos: su nota profunda.

La nota profunda no es la idea básica de un libro ni la solución del argumento, ni un pasaje intenso o patético. En cambio, tiene mucho que ver con lo sublime y con el misterio. La nota profunda puede incluso alejarse de la aparente trama principal, pero es ese momento único en que el autor logra revelarnos algo eterno y consustancial al género humano.

Recuerdo lo que para mi fue la nota profunda de esa imprescindible novela de Dostoiesvski titulada “Crimen y castigo”. Su protagonista Raskolnikov ha asesinado –valiéndose de la despreocupada brutalidad de un hacha- a una vieja usurera y a una mujer inocente. El desquiciado Raskolnikov quiere perderse después de su crimen y se une a una prostituta llamada Sonia. En un pasaje sublime en que los dos se hunden en un sótano –metáfora de lo más bajo- Sonia saca una Biblia y enciende una vela que derrota la penumbra. Entonces escribe Dostoiesvki: “a la luz de una vela la prostituta y el asesino comenzaron a leer el Libro Sagrado”.

Es ese el momento en que se nos revela la atormentada grandeza del autor, y los personajes se nos vuelven absolutamente reales. Nos damos cuenta en ese instante de que Sonia es una prostituta cuyo espíritu permanece virgen, por eso es capaz de redimir al asesino. Raskolnikov se ha entregado a Sonia para perderse, pero ella es la única mujer capaz de salvarlo porque su alma es pura.

Dostoiesvki nos ha enseñado en cinco líneas la esencia del pecado y del arrepentimiento, y nos ha dicho que el más abyecto de los pecadores puede encontrar un perdón del tamaño de su culpa.

La nota profunda es un hallazgo donde el autor y el lector se funden en una sola idea que ya no les pertenece. El libro nos ha dado su cuerpo, y su alma se ha instalado en el reino de lo universal , de lo absoluto. Muy pocas obras logran este hallazgo, ni siquiera existen métodos par rastrear notas profundas. Cuando ocurre, sencillamente lo sabemos. Entonces comprendemos por qué jamás una lágrima emborronará un correo electrónico.

[1] Tomado de “El comercio” Secc. Cultura . – Lima, Perú (1999)