jueves, febrero 02, 2006

Oda a los libros que no puedo comprar


Hoy, hice una lista de libros, y no tengo dinero para poder comprarlos.
Es ridículo llorar por falta de dineropara comprar libros, cuando a tantos le falta para no morir de hambre.

Pero también es cierto que yo vivo aún peor que mi vida difícil, para comprar algunos libros -sin ellos, también me moriría de hambre-, porque el exceso de dificultades en la vida, la cuenta, al final cierta, de traiciones y puertas que se cierran,los lamentos que oigo, los diarios que leo,todo eso lo tengo que ligar a mí profundamente,a través de cuanto sintieron, o solos, o mal acompañados,algunos otros que, si les hablase,destruirían sin piedad, a veces sólo con el rostro,cuanta humanidad yo voy pacientemente juntando,para que no se pierda en las curvas de la vida,donde es tan fácil perderla de vista, si la curva es más rápida.

No puedo ni sé olvidarme de que se muere de hambre,ni de que, en breve, se morirá de otra hambre mayor,del tamaño de las esperanzas que ofrezco al apagarme,al atribuirme un sentido, una ausencia de mí,capaz de permitir la unidad que una presencia destruye.

Por eso, necesito comprar algunos libros, unos que nadie lee, otros que yo mismo mal leeré, para, cuando una puerta se me cierre, abrir uno de ellos, hojearlo pensativo, abandonarlo por inútil, y salir de casa, contando las monedas que me quedan, a ver si alcanzan para el tranvíahasta otra puerta.