“…Eso que buscas no lo vas a encontrar ni con la lámpara de Hermógenes - No! es Diógenes mujer, Diógenes…”
Diálogo de la película: La Familia Pérez. Dir. Gilberto Martínez Solares. Con Joaquín Pardavé, Sara García, Alma Rosa Aguirre,
Beatriz Aguirre… [et al]. – México (1949) http://cinemexicano.mty.itesm.mx/estrellas/joaquin_pardave.html
Diógenes es el sabio cínico más cautivante, tanto que su figura se ha convertido en una verdadera leyenda. Vivía en un tonel. Su aspecto era descuidado y su estilo solía ser burlón. Era en extremo transgresor. Platón llegó a decir de él que era "un Sócrates que se había vuelto loco".
En cierta ocasión salió a una plaza de Atenas a pleno día portando una lámpara. Mientras caminaba decía: -“Busco a un hombre.” -“La ciudad está llena de hombres”, le dijeron. A lo que él respondió: -“Busco a un hombre de verdad, uno que viva por sí mismo, no un indiferenciado miembro del rebaño” lo que vulgarmente se conoce como “un borrego”.
Diógenes escribió varias obras, probablemente en forma de aforismos, que se han perdido.
Murió en Corinto en el año 327 a.C. Algunos afirman que se suicidó conteniendo el aliento; otros que falleció por las mordeduras de un perro; y otros que murió como consecuencia de una intoxicación por comer carne de pulpo cruda.
Yo tomo su lámpara, y busco a alguien o algo que pueda definir cosas imposibles, inverosímiles, casos que a veces se pierden en un mar de confusiones, tanto que la vida diaria no nos deja visualizar.
Casos extraordinarios de cómo se pierden los libros en una biblioteca, cómo los usuarios hacen uso de su ingenio para apropiarse de buenas lecturas, libros que otros usuarios necesitan, y también de cómo los libros desaparecen sin dejar rastro alguno.
Caso No. 1:
Un usuario llega a una Biblioteca, bastante grande ubicada en el centro de la Ciudad de México, fiel a las tardes que apetecen una buena lectura. Acudía a la biblioteca, encontraba su libro siempre en el estante que le correspondía y se disponía a pedirlo en préstamo a domicilio. Llega el día que tiene que devolver su libro, claro en la fecha establecida, y listo! todo va bien. Al finalizar, el trabajador de la biblioteca se da cuenta que aquel libro tenía los cantos muy coloridos y no tenía los sellos, éste procedió a hojearlo y Oh! sorpresa, al ver en el interior del libro descubrió que aquellas hojas que pertenecían al libro ya no estaban y en su lugar encontró muchas hojas de periódico cortadas de tal forma que llenaban las pastas de aquel pobre libro. Le habían arrancado todas y cada una de las hojas al libro y su lugar se encontraba ocupado por muchas hojas de periódico, cortadas al parecer con una guillotina dado la precisión con que estaban acomodadas en cuadernillos cosidos y hasta con guardas. Vaya caso! Que paciencia del lector.
Caso No. 2:
Relativamente hace poco tiempo procesé un libro (una novela), que a mi juicio, merecía ser leída. Pero lo primero es procesarlo (proceso al que se somete un libro dentro de una biblioteca desde su llegada hasta la colocación de éste en la estantería para que llegue a manos del usuario final). Al poco tiempo que consideré oportuno lo busqué en la estantería, yo de antemano sabía el número de clasificación que le correspondía, por supuesto yo lo catalogué y clasifiqué, pero jamás lo encontré. Las únicas respuestas factibles y razonables son dos: a) Se encuentra en préstamo, y la segunda b) está siendo utilizado por algún usuario dentro de la sala de lectura.
Entonces procedí a rastrearlo, lo busqué en el sistema automatizado para ver su situación.
Lo que encontré en el sistema fue que el libro no estaba prestado, estaba disponible, y entonces lo busqué en las colecciones de reserva, consulta, e incluso en al colección especial, y hasta por debajo de los estantes (que en ocasiones llegan allí por circunstancias muy extrañas) , pero todo fue en vano nunca lo encontré, el libro desapareció, se esfumó, se desmaterializó.
Creo que a veces es desesperante esta situación, sin embargo todos los días representan una batalla constante con esta problemática, muchos usuarios no saben el daño que representa el robo de libros, sobretodo si la biblioteca depende del presupuesto gubernamental.
Se considera que de la colección especial, de la cual se restringe su préstamo, es decir, este material documental no sale de la biblioteca , han desaparecido nada más y nada menos que aproximadamente 2000 volúmenes!!!! En un periodo corto de tiempo. Esta situación ya ha parado, sin embargo no deja de representar un gran golpe a la colección de la biblioteca y por ende a sus usuarios.
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